Palabras de espiritualidad

Aprendiendo a cultivar las virtudes

  • Foto: Magda Buftea

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Translation and adaptation:

He conocido almas que, aunque tenían un huerto fructífero, habiéndolo dejado sin cultivar, terminaron llenándose de maleza y espinas.

Padre, ¿es posible ser virtuosos por naturaleza?

—Es posible que haya alguien que sea manso, sencillo y amante de la tranquilidad por naturaleza. Estos son los dones esenciales que Dios le ha dado y que debe cultivar, para multiplicarlos. Y, con su esfuerzo, recibirá más dones espirituales, los carismas del Espíritu Santo.

¿La sabiduría es un don de Dios, o una virtud que se obtiene poco a poco, con el trabajo espiritual del creyente?

—Escúchame: la sabiduría es un don. Digamos que no tienes este don... pero, seguramente tienes otro. Cultivando el don que tienes, cultivas también la sabiduría y las demás virtudes, completando así las virtudes que te faltan.

He conocido almas que, aunque tenían un huerto fructífero, habiéndolo dejado sin cultivar, terminaron llenándose de maleza y espinas. Y otras almas, cuyo huerto estaba lleno de matorrales y maleza, limpiándolo, llegaron a convertirlo en uno fecundo. ¿De qué nos sirve que Dios nos haya dado un buen vergel, si nosotros lo dejamos convertirse en un denso bosque? ¿Qué hará Dios con nosotros, si, pudiendo cultivar caña de azúcar en nuestro terreno, no nos ocupamos esmeradamente de él y nos conformamos con hacerlo un sembradío de cebada? Y no olvidemos que de la cebada no se puede hacer azúcar...

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Patimi și virtuți, Ed. Evanghelismos, București, 2007, p. 154)