Palabras de espiritualidad

Aunque no podamos sanar a los demás, sí que los podemos consolar

  • Foto: Magda Buftea

    Foto: Magda Buftea

¿Cómo podemos asemejarnos en algo o al menos imitar a San Panteleimón, médico anárgiro? ¿Cómo, queridos hermanos? Simplemente, haciendo lo que está en nuestras capacidades hacer, de acuerdo a los dones que Dios nos otorgó.

¿Cómo podríamos asemejarnos al Santo Mártir Panteleimón, sin ser médicos? Él lo fue, recibiendo por parte de Dios el don de ser doctor anárgiro, es decir, sin recibir nada a cambio de sanar a la gente. Sin embargo, nosotros, que no somos médicos, ¿cómo podemos asemejarnos en algo o al menos imitar a San Panteleimón, médico anárgiro? ¿Cómo, queridos hermanos? Simplemente, haciendo lo que está en nuestras capacidades hacer, de acuerdo a los dones que Dios nos otorgó.

Muchas personas vienen a pedirme mi ayuda y también la de la Iglesia; yo siempre les digo que debemos recordar que con nuestras humanas fuerzas poco podemos hacer.

Lo único que puedes hacer tú, cuando las aflicciones te aneguen, es ser paciente y pedirle a Dios, porque sólo Él puede eliminar la pena que estás sufriendo.

Pienso en aquellos cuatro individuos que trajeron a un paralítico de Cafarnaúm para que Cristo lo sanara. Ellos no lo podían curar y lo sabían, sin embargo, sí que podían hacer algo para ayudar al paralítico: presentarlo ante Cristo. San Marcos el Asceta, en la Filocalia, dice que los Santos Evangelistas se asemejan a aquellos cuatro individuos, porque también ellos nos traen ante la presencia de nuestro Señor Jesucristo y nos dan una fuerza espiritual a partir del don de Dios.

Y aunque no seamos taumaturgos ni médicos, podemos perfectamente consolar a los demás y confortar a quienes sufren. Es algo que está a nuestro alcance. Y si hacemos lo que está en nuestras manos hacer, también Dios hará, por medio de nosotros, lo que solos no podríamos hacer.

Luego, sí que podemos imitar al Santo Mártir Panteleimón. .

(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Veniţi de luaţi bucurie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2001, pp. 151-152)