Borremos las huellas del pecado con la “Oración de Jesús”
El recuerdo permanente de nuestro Creador, pero sin devoción, debilita el sentimiento de santo temor de Dios; con esto, nos privamos de la acción redentora que le es propia.
A menudo, una gran cantidad de pensamientos vacíos acecha nuestra cabeza. Pero tenemos que estar atentos a que no penetren en nuestro corazón cual saetas, dejando una huella en ese lugar. Y si esto llegara a suceder, borremos inmediatamente esa huella con la oración, sustituyéndola con el sentimiento opuesto. Cuando conservamos el calor del corazón, todo eso sucede con menor frecuencia. Encendamos en nuestro interior el temor de Dios. Y, al pensar sin cesar en Dios, no olvidemos encender un temor piadoso. El recuerdo permanente de nuestro Creador, pero sin devoción, debilita el sentimiento de santo temor de Dios; con esto, nos privamos de la acción redentora que le es propia.
(Traducido de: Arhiepiscopul Antonie de Golânsk și Mihailovsc, Calea rugăciunii lăuntrice, Manualul isihiei, Editura Bunavestire, Galați, 2003, p. 68)