El Santo Altar es el símbolo místico del Reino de los Cielos, en donde —de una forma imperceptible para nuestros ojos— se halla el trono de la Santísima Trinidad, con la Madre del Señor, los ángeles y los santos, junto con los santificados servidores de la Iglesia. El Altar es el lugar más santo del mundo, en donde mora Dios y en donde nuestro Señor Jesucristo se sacrifica todos los días, durante la Divina Liturgia.

Si la nave de la iglesia representa en misterio el mundo de lo visible, es decir, la Iglesia que lucha en la tierra, el Altar representa el Cielo, la Iglesia triunfante, conformada por los ángeles y todos los santos, quienes oran por nosotros y nos ayudan a vencer las tentaciones del demonio y a alcanzar la salvación de nuestra alma.

(Traducido de: Protosinghel Ioanichie Bălan, Călăuză Ortodoxă în Biserică, Editura Mănăstirea Sihăstria, 1991, p. 47)