Palabras de espiritualidad

¡Busca a cada instante el amoroso amparo de tu Dios!

    • Foto: Anda Pintilie

      Foto: Anda Pintilie

Pídele constantemente a Dios Su auxilio y Su protección para tu alma. Porque nuestro enemigo, el demonio, tiene una naturaleza más fuerte que la nuestra. Esto lo refrenda David: “Si el Señor no construye la casa, en vano trabajan los que la construyen; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigila el centinela”.

Ensimísmate, concéntrate en ti mismo, velando y orando. Invoca a Dios, a nuestro Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, Quien no rehúso hacerse un hombre como nosotros —solamente que libre de todo pecado— para que Aquel que no tenía mancha alguna nos librara del pecado y, así, alejando de nosotros la oscuridad de las pasiones, pudiera llevarnos al Reino y, con amor a la humanidad, alzarnos a la luz verdadera y a la vida que rebosa de regocijo. Por eso, ora a Dios con vigilias y pídele constantemente Su auxilio y Su protección para tu alma. Porque nuestro enemigo, el demonio, tiene una naturaleza más fuerte que la nuestra. Esto lo refrenda David: “Si el Señor no construye la casa, en vano trabajan los que la construyen; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigila el centinela”.

(Traducido de: Sfântul Calist AngelicoudesTrei tratate isihaste, Editura Doxologia, Iași, 2012, p. 173)