Todos tenemos un “barómetro” muy exacto, el cual nos demuestra cómo sube y baja el nivel de nuestra vida espiritual. Estamos hablando del corazón. También podríamos decir que es una “brújula” que nos guía al navegar por el mar de la vida. Y nos enseña hacia dónde debemos ir: hacia el Paraíso espiritual, que es Cristo, o hacia el Poniente, es decir el oscuro reino de la muerte y del demonio.

Mantén tu mirada puesta en esta brújula, hermano, atento a que no te engañe, para que pueda guiarte siempre por el camino correcto: “Si nuestro corazón no nos acusa, podemos estar tranquilos ante Dios” (1 Juan 3, 21), es decir que nos dirigimos al Levante.

(Traducido de: Sfântul Ioan din Kronstadt, Viaţa mea în Hristos, traducere de Boris Buzilă, Ed. Sophia, Bucureşti, 2005, p. 64)