Palabras de espiritualidad

¿Cómo debe ser mi contrición?

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Cuando el hombre peca, se arrepiente. Pero no se arrepiente con alegría… ¡se arrepiente con lágrimas! ¿Quién podría decir que no ha pecado?

¿Qué nos puede decir del arrepentimiento hecho con alegría y del arrepentimiento con una cierta tristeza del corazón, con temor de Dios y miedo a la muerte?

—Queridos hijos, no hay razón para estar tristes, cuando tenemos a Dios como nuestro salvador, ¡cuando Él nos puede perdonar todos nuestros pecados! ¡Es imposible! Cuando se trata de la auténtica contrición, cuando me duele haber ofendido la bondad de Dios, ese arrepentimiento mío es muy agradable para Él.

Porque, cuando el hombre peca, se arrepiente. Pero no se arrepiente con alegría… ¡se arrepiente con lágrimas! ¿Quién podría decir que no ha pecado? ¿Quién de ustedes podría arrojar la primera piedra, seguro de no haber caído en pecado una sola vez? ¡Todos, todos hemos pecado! ¡Y esa falta, para ser redimida, necesita de nuestra contrición! ¡Te arrepientes, y después te alegras! Tu corazón se alegra, porque Dios te envió esa contrición cual don. ¿Sabes cómo es la cosa? ¡Nosotros no tenemos la certeza de que Él acepte nuestro arrepentimiento! ¡Tenemos solamente la esperanza de que nuestra contrición le será agradable! ¡Yo no tengo la certeza, pero sí la esperanza, de que podré salvarme!

(Traducido de: Ne vorbește Părintele Arsenie, ed. a 2-a, vol. 2, Editura Mănăstirea Sihăstria, 2010, pp. 67-68)