Palabras de espiritualidad

¿Cómo debemos leer la Biblia?

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

Translation and adaptation:

Pídele a Dios que ilumine tu mente para poder entender las palabras de la Biblia.

Así como es importante saber por qué debemos conocer la Biblia, también lo es saber la forma en que debemos hacerlo. La mejor guía para este fin son los Santos Padres, empezando con San Juan Crisóstomo, de quien podría decirse que, en un estilo oral, escribió un quinto Evangelio. Los Santos Padres recomiendan contar con una atenta preparación antes de leer y estudiar la Biblia. Pero, ¿en qué consta esa preparación?

En primer lugar, oración. Pídele a Dios que ilumine tu mente para poder entender las palabras de la Biblia, para llenar tu corazón con Su gracia y así lograr sentir la verdad y la vida de esas palabras.

Estén atentos, porque se trata de las mismas palabras de Dios, mismas que Él ha dispuesto de tal forma que puedas conocerlas personalmente. La oración, junto a las otras virtudes expuestas en el Evangelio, es la mejor preparación que puede practicar quien desee entender la Biblia.

¿Cómo deberíamos leer la Biblia? Con oración y devoción, porque en cada palabra hay una gota de la verdad eterna; todas esas palabras, juntas, conforman el océano infinito de la Verdad Eterna.

La Biblia no es un libro, sino vida, porque sus palabras son “espíritu y vida” (Juan 6, 63). En consecuencia, podemos entenderlas sólo si las estudiamos en su espíritu intrínseco y con la vida de su vida.

Se trata de un libro que debe leerse con la vida, es decir, poniéndolo en práctica. Primero debes vivirlo y, después, entenderlo.

En este punto son válidas las palabras del Señor: “El que haga la voluntad de Dios conocerá si mi doctrina viene de él o si hablo por mi propia cuenta” (Juan 7, 17). Hagan Su voluntad, para poderlo entender. Esta es la regla fundamental de la enseñanza ortodoxa.

Al comienzo, lee la Biblia a un ritmo normal. Luego, hazlo más lento, hasta que, finalmente, empezarás a leer palabra a palabra, porque en cada una de ellas se encierra una verdad eterna y un inefable misterio.

(Traducido de: Sf. Nicolae Velimirovici, Sf. Justin Popovici, Lupta pentru credință și alte scrieri, traducere de prof. Paul Bălan, Editura Rotonda, Pitești, 2011, pp. 82-83)