¿Cómo debo ver a esa persona que tanto mal me hace?
No es la persona la culpable, porque fue creada a imagen y semejanza de Dios. Sencillamente, lo que sucede es que el individuo se deja dominar por el demonio para actuar de dicha manera.
Cuando alguien te ofenda o te haga el mal, no te enfades con él, porque no es el culpable. Si fuera así, no existiría la ley del amor a nuestros enemigos. Puedes odiar la enfermedad, pero no a la persona, porque no es su culpa. Es el demonio quien induce al hombre a actuar así. Odia la enfermedad, porque es cosa del demonio, porque quiere que el otro te odie, te ofenda, te perjudique, te golpee. Pero, insisto, no es la persona la culpable, porque fue creada a imagen y semejanza de Dios. Sencillamente, lo que sucede es que el individuo se deja dominar por el demonio para actuar de dicha manera.
(Traducido de: Îndrumări duhovnicești pentru vremelnicie și veșnicie. O sinteză a gândirii Părintelui Cleopa în 1670 de capete, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2004, p. 179)