¿Cómo entrar en la casa de Dios?
Que tu corazón esté limpio de toda mentira, del odio, de la enemistad y la maldad, de los deseos impuros.
Cada vez que quieras asistir a la iglesia, recuerda que debes ser consecuente con aquello a lo que nos exhorta nuestra fe, y procurar no olvidar que vas a entrar al palacio del Altísimo. Allí está el Trono de Dios. Allí resuena sin cesar el himno de los ángeles: “¡Santo, Santo, Santo es el Señor!”.
¡Así pues, ten cuidado de cómo vas a la iglesia y cómo entras en ella! Que tu corazón esté limpio de toda mentira, del odio, de la enemistad y la maldad, de los deseos impuros. Vístete con sencillez y humildad, no con excentricidad o como para participar en algún evento social. Accede a la iglesia con temor de Dos, con humildad, con amor. Si haces esto, ¡feliz de ti ya desde esta vida terrenal! ¡Y aún más feliz serás en la vida eterna!