«No es correcto que hagas la voluntad de esos enemigos espirituales que te perturban con toda clase de figuraciones y sospechas, a los cuales te abandonas con tu “me parece que…”.

Toda esa lucha mental, toda esa confusión que sientes tiene como origen la confianza que le das a las figuraciones que te envía el enemigo, a las cuales otorgas determinada importancia o credibilidad, queriéndolas entender, en vez de despreciarlas e invocar el auxilio de Dios.

Pero la verdadera causa de tu lucha mental es, sin duda, tu propia soberbia, la cual queda evidenciada en todo lo que haces». (San Ambrosio de Óptina)

(Traducido de: Filocalia de la Optina, traducere de Cristea Florentina, volumul I, Editura Egumenița, Galați, 2009, p. 153)