Palabras de espiritualidad

¿Cómo hacer para no perder la alegría?

    • Foto: Stefan Cojocariu

      Foto: Stefan Cojocariu

Translation and adaptation:

Cuando vivimos solos nuestras cosas, el astuto viene con las suyas y nos infecta, transtornando todo en nuestro interior y a nuestro alrededor.

Deja de recibir los pensamientos que te cierran en ti y te abren, de hecho, a las energías malignas. Si aceptas y estás atento a lo que sientes, a esa agitación vital que hay en ti, y se lo ofreces todo al Señor, de la misma forma en que lo prometes en la Divina Liturgia: “... y nuestra vida entera a Cristo Dios”, Él viene y transforma tu vida. Una vida como la existencia misma, como energía, como vibración, y no una vida exterior, como simples sucesos. Todo eso cambiará pronto, porque es fruto de nuestras energías, lo visible que no se ve en nosotros.

Cuando vivimos solos nuestras cosas, el astuto viene con las suyas y nos infecta, transtornando todo en nuestro interior y a nuestro alrededor. La vida concreta del cristiano en la Iglesia es dar y volver a dar: recibe la Gracia por medio de los Sacramentos, se aviva con los oficios litúrgicos, se fortalece con el arrepentiiento permanente y se ofrece a sí mismo y toda su vida al Señor. ¡Y el Señor nos da Su Espíritu, Su vida, Su alegría! Esto es algo muy concreto, ¿no? Simplemente le ofreces al Señor lo que sientes, con el movimiento de tu interior, acompañado de las palabras de tu oración o solamente con el recuerdo de Dios... ¡y lo recibes a Él y Sus dones!

(Traducido de: Monahia Siluana Vlad, Uimiri,rostiri, pecetluiri, Editura Doxologia, p. 66-67)