¿Cómo luchar con los pensamientos, al orar?
El Padre Porfirio dice que los pensamientos que nos vienen al orar son como aviones. Primero los escuchas venir de lejos, débilmente; luego el ruido crece, crece y crece, hasta que lo tienes ya sobre tu cabeza, abrumándote... hasta que desaparece. Pero si te detienes a conversar con cada uno de esos pensamientos, les estarás ofreciendo tu corazón como aeropuerto.
Cuando oras, el maligno te ataca justo después de terminar las primeras palabras, después de las primeras y cortas oraciones, poniendo en tu mente toda clase de pensamientos inútiles, terrenales. Incluso la curiosidad de saber qué hora es comienza a martillearte, así como la intriga de saber si afuera hay sol o está nublado. Todo esto pareciera ser algo completamente inocente, pero realmente destruye la voz de la oración en nuestro corazón. El Padre Porfirio dice que los pensamientos que nos vienen al orar son como aviones. Primero los escuchas venir de lejos, débilmente; luego el ruido crece, crece y crece, hasta que lo tienes ya sobre tu cabeza, abrumándote... hasta que desaparece. Pero si te detienes a conversar con cada uno de esos pensamientos, les estarás ofreciendo tu corazón como aeropuerto.
Me pregunta alguien cómo hacer para luchar con los pensamientos que le vienen al orar. En primer lugar, ignorarlos. Es decir, dejarlos que pasen por arriba de tu cabeza. En segundo lugar, pedir la ayuda de Dios y de tu Ángel custodio. Y en tercer lugar, no abrir nunca el corazón para conversar con esos pensamientos. Porque el maligno es más fuerte que nosotros. Se molesta cuando oramos. Esto explica por qué nos ataca tanto cuando hacemos nuestras oraciones. Se trata de una legión entera de demonios, embistiéndonos con toda clase de pensamientos inoportunos.
(Traducido de: Părintele Gheorghe Calciu, Cuvinte vii, ediţie îngrijită la Mănăstirea Diaconeşti, Editura Bonifaciu, 2009, p. 25)