Se invocan muchísimas condiciones sociales, como la pobreza, en contra de seguir engendrando hijos. ¿Son realmente una justificación?

- ¡No, no lo son! Y la prueba de ello es que, usualmente, los ricos no tienen muchos hijos. Si ese argumento fuera legítimo, los pobres dejarían de tener hijos, mientras que los ricos se llenarían de retoños.

- ¿Es la procreación un propósito exclusivo del matrimonio?

- No. El matrimonio tiene muchos propósitos. El primero, realizarnos en el amor, algo que también puede alcanzarse en la vida monacal o aún en la soltería. El segundo es el auxilio recíproco. Y el tercero, la preservación de la especie. Entonces, el objetivo del matrimonio no es sólo la procreación, así como la consumación del matrimonio no se reduce al acto sexual.

(Traducido de. Părintele Nicolae Tănase, Soțul ideal, soția ideală, Editura Anastasis, Sibiu, 2011, p. 220)