Palabras de espiritualidad

¿Cómo podemos alcanzar el nivel de humildad de los santos?

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

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El más alto grado de la humildad lo alcanzamos sólo entonces cuando nos sometemos a los que están más abajo de nosotros, cuando empezamos a creer de nosotros mismos que no somos nada, cuando nos consideramos semejantes a los animales, indignos de hallarnos entre los hombres.

El más alto grado de la humildad lo alcanzamos sólo entonces cuando nos sometemos a los que están más abajo de nosotros, cuando empezamos a creer de nosotros mismos que no somos nada, cuando nos consideramos semejantes a los animales, indignos de hallarnos entre los hombres.¡Sin embargo, usualmente esto nos parece imposible de realizar! Pero, ciertamente, tal fue el nivel de humildad alcanzado por los santos.

Todos ellos se consideraban los pecadores más grandes, indignos de vivir entre los hombres. Recordemos un punto importantísimo del Antiguo Testamento: el justo patriarca Abrahám, quien se hizo merecedor de hablar con Dios, se consideraba a sí mismo “polvo y ceniza” (Génesis 18, 27).

El Santo Profeta y Rey David, autor de maravillosos salmos, quien recibiera el don de profetizar, y quien fuera también ancestro, en lo humano, de Nuestro Señor Jesucristo, dijo, con profunda humildad, sobre sí mismo: “pero yo soy tan sólo un gusano y no un hombre” (Salmo 21, 6).

(Traducido de: Arhimandrit Serafim Alexiev, Viaţa duhovnicească a creştinului ortodox, traducere din limba bulgară de Valentin-Petre Lică, Editura Predania, Bucureşti, 2010, p. 200)

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