“¿Cómo puedes consolarnos, Iglesia?”
Cada día del año la Iglesia recuerda una o más historias semejantes, evidencias de la victoria del bien sobre el mal.
Junto a los muros de la iglesia pasan innumerables personas tristes y llenas de problemas, que le preguntan: “¿Cómo puedes consolarnos, Iglesia?”. Y ésta les responde: “Confiando en la victoria final del bien. Yo soy el monumento y la muestra de esa victoria”.
La Iglesia les recuerda la santa, simple, cierta y reconfortante historia de aquel Niño nacido en Belén y crucificado en el Gólgota. La Iglesia evoca la historia de aquel Niño, cuya vida entera soportó todas las maldades y vivió confiando en la victoria del bien. Su muerte nos demostró ser la victoria del bien, la más refulgente e importante victoria del bien hasta nuestros días. La Iglesia les recuerda, igualmente, cientos de miles de casos semejantes. Cada día del año la Iglesia recuerda una o más historias semejantes, evidencias de la victoria del bien sobre el mal. Todas estas historias son un manantial de consuelo y valor para las nuevsa generaciones. Se equivocan quienes creen que la Iglesia se basa en una teoría dudosa o ya superada. No, la Iglesia se basa en datos irrefutables, y quienes piensan que con el paso del tiempo la Iglesia deviene en más pobre y más débil, se equivocan enormemente. La Iglesia no se debilita, sino que, al contrario, cada día es más fuerte, más próspera. Se enriquece con miles de nuevos sucesos, nuevas pruebas de la victoria del bien sobre el mal. Sí, la Iglesia de Cristo no deja de crecer.
(Traducido de: Sfântul Nicolae Velimirovici, Omilii despre pocăință, dragoste și optimism, Traducere din limba greacă de prezbitera Iuliana și pr. Iulian Eni, Editura Doxologia, Iași, 2016, pp. 187-188)