Cómo se reconoce al verdadero hombre de fe
El cristiano auténtico lucha por encender en su interior un amor a Dios en la misma medida que el que recibe de Él.
El semblante del cristiano auténtico es el reflejo de lo que hay en su interior. La sinceridad es la manifestación de lo que tenemos en el alma. El hombre que es realmente piadoso no piensa como el fariseo, aunque a veces su aspecto exterior se parezca al de aquel. Jamás se atreve a ir más allá de lo que le ordena el Apóstol: “Todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta” (Filipenses 4, 8).
En su mente, clama al Señor, junto con Pedro: “Señor, Tú lo sabes todo. Mi corazón está abierto para Ti. Tú sabes que te amo” (Juan 21, 17), y así es como lucha por encender en su interior un amor a Dios en la misma medida que el que recibe de Él.
(Traducido de: Sfântul Inochentie al Penzei, Viața care duce la Cer. Învățăturile unui sfânt tânăr, Editura Sophia, București, 2012)