Sé ferviente en tus oraciones, confiando en que Dios te enviará un esposo o una esposa agradable a Él y que te ayude en tu camino a la salvación.

Deseando casarte, no persigas ningún propósito malicioso, como la satisfacción de tus pasiones, la obtención de riquezas o el renombre, sino solamente el auxilio dispuesto por Dios en esta vida para la vida eterna, en la gloria de Dios y por el bien de los demás.

Cuando lo hayas obtenido, recíbelo cual don de Dios, con agradecimiento y amor, dispuesto a honrar lo que se te ha otorgado.

(Traducido de: Cum să ne întemeiem o familie ortodoxă: 250 de sfaturi înţelepte pentru soţ şi soţie de la sfinţi şi mari duhovnici, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, Bucureşti, 2011, p. 7)