Confiar a Dios nuestras decisiones más importantes
“Con Tu inmensa sabiduría, Señor, ordena mi vida de una manera tal que pueda alcanzar la salvación”.
«No es malo hacer planes, pero es mejor confiar todo a las manos de Dios y esperar con humildad lo que Él tiene para ti, preparado para aceptar obedientemente Su voluntad.
¿Te gustaría casarte? Déjalo todo en manos de Dios y que sea Él quien decida. Esas ansias podrían terminar encendiendo los sentidos… así que los planes sobre este aspecto, de momento, salen sobrando. ¿Por qué? Porque podrían turbar tu alma. Mejor ora así: “Con Tu inmensa sabiduría, Señor, ordena mi vida de una manera tal que pueda alcanzar la salvación”.
¡Bendícenos, Señor! ¡Que tu alma se salve!».
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Mântuirea în viața de familie, Editura Cartea Ortodoxă, București, 2004, p. 3)