Consejo espiritual para enfrentar las aflicciones
Abandónate en Sus manos con toda confianza, con alegría espiritual, gozo y gratitud. Déjalo que obre en ti con Su Providencia.
«Tus aflicciones son incontables. Te llueven golpes de todas partes, ¡pero te suplico que no desesperes! Todas esas tribulaciones vienen con la autorización de nuestro amoroso Dios, para que puedas purificarte de tus pasiones y debilidades. Así pues, abandónate en Sus manos con toda confianza, con alegría espiritual, gozo y gratitud. Déjalo que obre en ti con Su Providencia. Él, buscando tu salvación, se afana en eliminar de tu corazón toda impureza. Del mismo modo en que una persona al lavar su ropa la enjuaga, la frota y hasta la golpea, con tal de que quede lo más blanca posible, lo mismo hace Dios, para purificar el alma y prepararle Su Reino Celestial, en donde nada impuro podría entrar.
Esta es la verdad. Pídele a Dios que ilumine tu mente para que puedas entender todo lo que te acabo de decir. Entonces recibirás con alegría cualquier cosa desagradable, como si fuera un medicamento que el Médico celestial te está enviando. Con esto, empezarás a considerar a quienes te dañan verdaderos y beneficiosos instrumentos Suyos, y detrás de ellos verás siempre la mano de tu gran Benefactor. Así, aprende a decir cada día: “¡Gloria a Ti, Señor!”. ¡Pero tienes que decirlo sintiendo cada palabra!».
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Călăuză către viața duhovnicească, Editura Egumenița, Galați, p.10)