Consejos de San Porfirio para las mujeres encintas
Que le hable al bebé y lo consuele, porque el embrión sentirá, silenciosamente, esos arrullos. Que ore por él, con mucho amor, porque el embrión siente, como el recién nacido, la falta de amor por parte de su mamá, sus nervios, su enojo y sus disgustos; todo eso que le puede provocar traumas para toda su vida.
Una vez, el Padre le dijo a un pediatra:
Diles a las mamás que sientan en su corazón el honor que Dios les concedió, considerándolas dignas de convertirse en madres. Que cada mamá le hable a su bebé y lo consuele, porque el embrión sentirá, silenciosamente, esos arrullos. Que ore por él, con mucho amor, porque el embrión siente, como el recién nacido, la falta de amor por parte de su mamá, sus nervios, su enojo y sus disgustos; todo eso que le puede provocar traumas para toda su vida. Si la mamá tiene sentimientos santos y vive de ese modo, en oración, entonces santificará también a su hijo, desde la concepción misma. Todo esto es válido también para los papás.
(Traducido de: Părintele Porfirie, Antologie de sfaturi şi îndrumări, Editura Bunavestire, Bacău, p. 286)