Padre, sabemos que desde San Simeón el Nuevo Teólogo los auténticos guías espirituales han ido escaseando cada vez más. Actualmente, cuando somos testigos de enormes anomalías espirituales, ¿cómo podemos reconocer a un buen mentor espiritual? Los santos Calixto e Ignacio Xantopoulos nos dan tres criterios: que tenga un alto nivel de entendimiento, que sea humilde de pensamiento y que actúe con mansedumbre...

—Es verdad que cuesta encontrarlo, pero no debemos quebrarnos la cabeza intentando reconocer a un buen padre espiritual. Quien busque, lleno de sinceridad, un guía espiritual, en el momento adecuado simplemente lo sentirá. El alma siente a quién debe confiarse, porque Dios es Quien pone en tu corazón el amor por aquel a quien ha dispuesto que debas seguir. Yo apenas podía esperar salir de la prisión para correr a ver al padre Paisos Olaru. Mi corazón anhelaba fuertemente volver a verle y que me recibiera para confesarme. Y, a partir del día en que finalmente nos volvimos a encontrar, pasé ocho años caminando bajo su conducción espiritual. Al principio, el padre Paisos me envió con el padre Cleopa, pero no sentí tanto consuelo espiritual con él, a pesar de que, luego de 16 años de encarcelamiento, apenas comenzaba a hojear esos gruesos libros de los cánones. La relación padre espiritual-discípulo es un lazo muy fuerte y en su nombre se pueden hacer muchas cosas prodigiosas. Sin embargo, no basta con que el confesor sea experimentado, sino que debe mantenerse en el mismo espíritu que su discípulo.

(Traducido de: De vorba cu părintele Iustin, Revistă de înnoire duhovnicească a Mănăstirii „Sfinţii Arhangheli Mihail şi Gavriil" Petru Vodă)