Consejos para la oración de una mujer casada
No te apartes de tu regla de oración, mientras no nazca en tu interior la compunción del corazón acompañada de una absoluta confianza en la voluntad de Dios.
«¡La misericordia de Dios esté contigo! Esfuérzate en cumplir con esto: en la mañana, al realizar tu canon de oraciones, intenta presentarte con toda tu atención ante Dios. Así podrás pasar el resto del día en Su presencia, hagas lo que hagas. Si consigues hacer esto y empiezas, con el profeta, a mantenerte a cada instante ante Dios (con el sobrecogimiento que esto representa), estarás orando sin cesar, y nunca más te aburrirás.
No te apartes de tu regla de oración, mientras no nazca en tu interior la compunción del corazón acompañada de una absoluta confianza en la voluntad de Dios. Eres tanto esposa como madre y señora de tu hogar. Y es en la realización de las responsabilidades que esto implica que hallarás la salvación.
Es bueno que leas el Evangelio y el Salterio. No des por concluida tu lectura diaria, mientras no hayas extraído de ella alguna lección o norma de vida.
¡Que la paz esté contigo! ¡Que el Señor te bendiga! ¡Que la bendición divina venga también sobre tu esposo y tus hijos!
Pidiéndole siempre a Dios por ti,
Obispo Teófano».
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Mântuirea în viaţa de familie, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, Bucureşti, 2012, p. 62-63)