Consejos para una suegra que no ama a su nuera
¡Entiende, comprende, no trates de hacer nada más! Si tu nuera no es buena, pídele a Dios que le dé un ángel bueno y que el Señor no se olvide de tí. Pídele también que te quite esa carga de la mente y del corazón: todo lo que tienes en contra de tu nuera y en contra de cualquiera que te haya ofendido, ¡para que el Señor te dé la capacidad de amarlos a todos!
Esta mañana vino a verme una madre con su hijo. Ha venido también otras veces, quejándose de que tiene una carga pesada, porque no puede amar a su nuera. Mi respuesta, hoy, fue la siguiente:
“—Tu nuera es joven y aún no entiende que debe amar a su suegra como a su propia madre. Pero tú, siendo mayor que ella, deberías ser capaz de comprender lo que sucede. Es normal que aquí, en la Tierra, en este mundo, la mamá, luego que su hijo se casa, no pueda soportar a su nuera, aún cuando ésta sea un ángel. Por afuera todo es bonito, no se observa nada... Pero, por dentro, existe un gran descontento. Y es que la nuera suele desconocer el secreto de la vida: debe orar para que el Señor le dé un ángel bueno a su suegra y que a ella le dé la capacidad de amarla como a su propia mamá. Sólo entonces se dará cuenta de esa batalla interna que tiene su suegra. Es importante que sepas que cada guerra física comienza siempre en la mente. Al principio, los hombres empiezan a perder la paciencia en su pensamiento, luego comienzan a atacarse mutuamente. Todo lo que pasa, sucede a partir de lo que se originó en la mente...”
Sin embargo, se notaba claramente que esta mamá que vino a visitarme era incapaz de entender lo que le estaba diciendo. Se le veía muy herida, muy triste, por lo que fue necesario hablarle más detenidamente. Y esto fue lo que le dije:
“—¡Entiende, comprende, no trates de hacer nada más...! Si tu nuera no es buena, pídele a Dios que le dé un ángel bueno y que el Señor no se olvide de tí. Pídele también que te quite esa carga de la mente y del corazón: que te quite todo lo que tengas en contra de tu nuera y en contra de cualquiera que te haya ofendido, ¡para que obtengas la capacidad de amarlos a todos! Si cultivas sólo pensamientos serenos, amorosos y buenos sobre los demás, al poco tiempo verás cómo todos los que te rodean comienzan a cambiar. Y, desde luego, también tu nuera va a cambiar. ¿Te das cuenta que te la pasas golpeándola? No es que la estés maltratando físicamente, ¡pero es que no la puedes soportar! Por eso no hay paz ni tranquilidad en tu casa. Ni siquiera su esposo, tu hijo, puede ya vivir en paz. Esfuérzate en amarla. Es necesario que lo hagas... Pero ¿sabes por qué no la amas?”
“—No sé”, respondió ella, sorprendida.
“—Porque se llevó a tu hijo. Él ya no vive con papá y mamá, como cuando era pequeño. Y es que es natural que el hombre se una a su esposa. La mamá desea que su hijo se case y se alegra cuando esto sucede. Pero después comienza su sufrimiento. A partir de ese momento, el hijo permanece todo el tiempo con su esposa y deja de preguntarle a mamá si necesita algo... y así es como empieza la guerra de pensamientos en la suegra. Puedes continuar así para siempre, pero al final te darás cuenta que no has logrado nada. Trata de hacer lo que te dije y verás que, al poco tiempo, todo cambiará”.
(Traducido de: Stareţul Tadei de la Mănăstirea Vitovniţa, Pace şi bucurie în Duhul Sfânt, Editura Predania, București, pp. 104-106)