Consejos para vencer la apatía
Así ocurre con el corazón del hombre que, con la ayuda de Dios, muere para este mundo y sus engaños, renunciando a toda ambición inútil, al goce de los sentidos y a la avaricia.
Te lamentas porque te abruma una abulia que no consigues apartar por más que lo intentas. Esta tentación suele atacar a quienes asumen su propia lucha espiritual. Para librarnos de ella, los Santos Padres nos recomiendan cultivar el constante recuerdo de la muerte y del Juicio, con sus dos partes: el infierno y la felicidad eterna. Los Padres dicen que, combinando el recuerdo de la muerte con la humildad, nos llenamos de de tanta Gracia, que escapamos definitivamente de la desgana.
Súbitamente, Dios, que tanto ama a la humanidad, te libró de los peligros que te acechaban. Al mismo tiempo, te dio tantas fuerzas, que hoy enfrentas todas las pruebas lleno de agradecimiento, no sólo las de tu presente, sino también las que podrían aparecerte en el futuro. Así ocurre con el corazón del hombre que, con la ayuda de Dios, muere para este mundo y sus engaños, renunciando a toda ambición inútil, al goce de los sentidos y a la avaricia.
(Traducido de: Sfântul Macarie de la Optina, Poveţe duhovniceşti, Editura Egumeniţa, pp. 104-105)