Palabras de espiritualidad

Conservando la paz espiritual

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

Translation and adaptation:

Recibe las ofensas de los demás sin alterarte, como si no fuera contigo la cosa.

Esfuérzate en mantener la paz en tu alma y no te perturbes ante los insultos de los demás. Esto lo conseguirás refrenándote —a toda costa— de la ira y conservando, en tu mente y en tu corazón, la lucidez necesaria para evitar toda agitación perniciosa.

Recibe las ofensas de los demás sin alterarte, como si no fuera contigo la cosa. Actuando así, llenarás de paz tu alma y esta se hará morada de Dios. Si, con todo, no consigues evitar consternarte, reprime, al menos, tu lengua, porque dice el salmista: “aturdido estoy, mas callo” (Salmos 76, 4).

Ejemplos de esto los encontramos en las vidaa de San Espiridón de Tremitunte y San Efrén el Sirio. El primero soportó cosas terribles. Veamos un ejemplo: una vez fue invitado por el emperador para que le visitara en palacio. Sin embargo, al llegar a aquel lugar, un sirviente no le permitió entrar y hasta lo insultó y abofeteó. Entonces, el santo, tan falto de maldad como era y obedeciendo el mandato divino, ofreció inmediatamente la otra mejilla.

Veamos ahora lo que pasó cierta vez con San Efrén el Sirio, mientras vivía en el desierto, en oración y ayuno. Viniendo un discípulo suyo a visitarle con un poco de comida, sucedió que se tropezó con una piedra, dejando caer la vasija con la comida. “No te entristezcas, hermano”, le dijo el santo al joven monje, viéndolo tan desazonado después de relatar lo sucedido. “Si la comida no quiere venir a nosotros, iremos nosotros a ella”. Así, caminaron hasta el sitio en donde estaba la vasija rota, se sentaron en en suelo, y comieron en paz. ¡Tan lejos estaba San Efrén del vicio de la ira!

(Traducido de: Un serafim printre oameni – Sfântul Serafim de Sarov, traducere de Cristian Spătărelu, Editura Egumenița, pp. 326-327)