Palabras de espiritualidad

Creo en todo lo que pido

  • Foto: Oana Nechifor

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Translation and adaptation:

Cuando ores, en casa o en comunidad, para permanecer lejos de las artimañas del maligno y evitar que tu mente pierda su concentración, recuerda la simpleza de la verdad y repite lo siguiente: “Creo en todo lo que pido, en la simpleza de mi corazón y, por eso, pido todo con simpleza. En lo que respecta a ti, enemigo mío, renuncio a tu astucia, pensamientos y figuraciones”.

Cuando ores, en casa o en comunidad, para permanecer lejos de las artimañas del maligno y evitar que tu mente pierda su concentración, recuerda la simpleza de la verdad y repite lo siguiente: “Creo en todo lo que pido, en la simpleza de mi corazón y, por eso, pido todo con simpleza. En lo que respecta a ti, enemigo mío, renuncio a tu astucia, pensamientos y figuraciones”.

Que la humildad y la consciencia de tu propia insignificancia y de la perfección de Dios —Creador de todo y Quien todo lo obra (I Corintios 12, 6)— sea el principio, la base y la fuente de todos tus pensamientos, palabras y acciones. Porque el orgulloso tiende a demostrar desprecio por todo, incluso por las cosas santas y divinas. La arrogancia busca deshonrar o destruir cualquier pensamiento, palabra o acción buena, cualquier obra de Dios. Se trata, pues, del espíritu criminal de maligno.

(Traducido de: Sfântul Ioan de Kronstadt, În lumea rugăciunii, Editura Sophia, București, 2011, p. 92)

 

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