Palabras de espiritualidad

Cristo, nuestra fuente de juventud

  • Foto: Silviu Cluci

    Foto: Silviu Cluci

Translation and adaptation:

La sabiduría de la educación de Cristo radica en que los niños sean niños por siempre y no envejezcan.

Dejemos que los niños vengan a Cristo y que los ancianos vengan a los niños. En presencia de Cristo, Quien es su amigo más grande, los niños no solamente aprenden, sino que también se llenan de la fuerza gratífica, que los ayuda a realizar lo que aprenden. Cristo es la Eterna Juventud. Esta Eterna Juventud llama a los más chicos para darles fuerzas y ayudarlos a que no envejezcan espiritualmente, sino que sean eternamente jóvenes, lozanos y alegres. En una palabra: la sabiduría de la educación de Cristo radica en que los niños sean niños por siempre y no envejezcan.

En contra de esta sabiduría se alza la educación escolar, escolástica, misma que busca hacer de los niños unos ancianos lo antes posible, poniéndoles de ejemplo a los más viejos, insuflándoles la forma de pensar de los ancianos, y sembrando en sus corazones el escepticismo y el pesimismo de los más viejos. En vez de que los ancianos se vuelvan como niños, los ancianos hacen que los niños se vuelvan como ellos. Con esto, no sólo no entran al Reino de Dios, sino que también impiden que los niños entren. ¡Y luego nos lamentamos porque los jóvenes viven desesperados! ¡Que Cristo bendiga y reavive a nuestra juventud!

(Traducido de: Episcopul Nicolae Velimirovici, Răspunsuri la întrebări ale lumii de astăzi, volumul 2, Editura Sophia, Bucureşti, 2003, pp. 181-182)