Cristo, nuestra “piedra angular”
Solamente cuando Cristo es asumido como Dios perfecto y Hombre perfecto, se hace posible la plenitud de la experiencia espiritual descrita por los Apóstoles y los Santos Padres.
La fe vivificadora consiste en una confianza total, libre de preguntas y dudas sobre la divinidad de Cristo. Solamente cuando Cristo es asumido como Dios perfecto y Hombre perfecto, se hace posible la plenitud de la experiencia espiritual descrita por los Apóstoles y los Santos Padres.
Cristo es ahora la Piedra angular sobre la cual debemos construir toda nuestra vida, tanto la que llevamos en este mundo y es pasajera, como la misma vida eterna. La naturaleza de los dones que conlleva esta forma de fe proclama abiertamente su proveniencia desde lo Alto.
(Traducido de: Arhimandritul Sofronie, Rugăciunea – experiența vieții veșnice, Editura Deisis, Sibiu, 2001, pp. 63-64)