¿Cuál es la causa de tanto sufrimiento en el mundo?
Tenía razón San Juan Crisóstomo cuando dijo que no hay nada más cruel que el pecado, nada más sucio e impuro.
El pecado es la causa de que hasta las criaturas inocentes sufran. El hombre peca, pero el resto de seres sufren (por tal razón): la tierra no produce frutos, los animales y las fieras mueren de hambre, el aire y el agua se descomponen, así como muchas otras cosas más (Deuteronomio 28, 15-45). El pecado del hombre es la causa de todo esto. Veamos, pues, qué mal tan grande es el pecado. El pecado es una maldad indescriptible, porque por medio suyo es insultado y ofendido el Infinito y Bondadosísimo Dios. ¡Qué traición tan artera es el pecado, con el cual traicionamos al Dios Eterno y Justo! El pecado es una traición insolente, una herida que nadie podría sanar, fuera del Hijo Unigénito de Dios. ¡El pecado es fuente de desgracias pasajeras y eternas, raíz del castigo y de la muerte, deformación del ser, oscuridad de la mente, mutilación de la belleza espiritual y el peor de los males! Tenía razón San Juan Crisóstomo cuando dijo que no hay nada más cruel que el pecado, nada más sucio e impuro (Homilía XXV sobre Juan). En verdad, el pecado es peor aún que el demonio (Homilía XLI sobre los Hechos de los Apóstoles), como nos enseña el mismo Padre, porque al demonio el pecado lo hizo demonio, a pesar de haber sido creado por Dios como un ángel de luz (Homilía V sobre Juan).
(Traducido de: Sfântul Tihon din Zadonsk, Despre păcate, Editura Sophia, p. 181)