Palabras de espiritualidad

¿Cuál es la diferencia entre las relaciones de dependencia y el amor verdadero?

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

El amor maduro dice: “Haré todo lo que esté a mi alcance para ayudarte a realizarte, aunque esto implique que algunas veces tengas que alejarte de mí y hacer cosas sin mí”.

Es imposible establecer una relación emocional profunda con otra persona, sino alcanzando nuestra propia autonomía psicológica. Esta clase de relaciones se caracterizan por el sentimiento de felicidad y libertad que brota sobre quienes rodean a la pareja, así como por una profunda percepción del otro, por medio de la colaboración y la confianza. El motivo para iniciar una relación así no podría ser, entonces, otra cosa que el amor.

El respeto a nuestros propios límites y a los de los demás, frente a nuestros propios intereses y necesidades, así como frente a los intereses y necesidades de los otros, es el rasgo característico de este tipo de relaciones.

El amor maduro dice: “Haré todo lo que esté a mi alcance para ayudarte a realizarte, aunque esto implique que algunas veces tengas que alejarte de mí y hacer cosas sin mí”. En las relaciones maduras siempre hay espacio para la satisfacción de las propias necesidades, para alcanzar las propias metas y para el crecimiento individual de la personalidad. En tales relaciones siempre hay un lugar para Dios.

El amor auténtico no es un sentimiento de “propiedad”. Al contrario, este amor respeta y admira al otro, y no lo utiliza simplemente para satisfacer sus necesidades. En las relaciones de dependencia sucede lo opuesto: el otro es considerado una propiedad.

El amor auténtico ofrece un sentimiento de satisfacción y la sensación de una vida armoniosa, en la cual los niveles de ansiedad y hostilidad son mínimos o inexistentes. En las relaciones de dependencia, al contrario, no existe esa sensación de satisfacción y armonía, porque lo que hay es un descontento profundo y una rabia oculta entre un sinnúmero de pretensiones recíprocas.

(Traducido de: Dmitrii Semenik, Dragostea adevărată: taina dragostei înainte și după căsătorie, traducere de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, 2012, pp. 30-31)