¿Cuál es la fuerza que regenera el alma caída y debilitada?
De acuerdo a los Santos Padres, el Nombre de Cristo encierra una irresistible fuerza de regeneración. Es decir, esta “Oración de Jesús” tiene la fuerza para regenerar el alma que ha caído y se ha debilitado, o se ha vuelto indiferente y ha pecado.
Estos grandes Padres nos enseñaron que cuando el hombre es atacado por pensamientos sucios, orgullosos, egoístas, blasfemos y pecaminosos, el alma debe luchar para alejarlos, con ira y odio, con oración y repudio. Pero no basta con utilizar solamente la ira y el odio en contra de los pensamientos e imaginaciones que nos perjudican. Es absolutamente necesario que oremos incesantemente e invoquemos sin descanso el divino nombre: “¡Señor Jesucristo, ten piedad de mí!”. De acuerdo a los Santos Padres, el Nombre de Cristo encierra una irresistible fuerza de regeneración. Es decir, esta “Oración de Jesús” tiene la fuerza para regenerar el alma que ha caído y se ha debilitado, o se ha vuelto indiferente y ha pecado.
Hay días y períodos en la vida del hombre espiritual en los que éste siente un vacío en su interior, un debilitamiento en su alma. Algo falta: algo ha salido de él y no sabe cómo recobrarlo, no sabe cómo recuperar la fuerza y el don original que tenía su alma. No sabe cómo restaurar la plenitud perdida. En estos casos, los Santos Padres nos enseñan que debemos retomar la oración. Sí, es necesario volver a orar, sea con la boca, sea con la mente o con el corazón, y esa plenitud perdida ha de volver. Es posible reencontrarla, solamente si nos esforzamos en la oración.
(Traducido de: Comori duhovnicești din Sfântul Munte Athos, Culese din scrisorile și omiliile Avvei Efrem)