¿Cuál es nuestro verdadero estado espiritual al acercarnos a comulgar?
Desde ese día, el obispo se dedicó a explicarles a los fieles la importancia de la contrición y no permitió que comulgaran los que fueran indignos de acercarse al Santo Cáliz.
Sobre la preparación necesaria para recibir la Santa Comunión, encontramos lo siguiente en el Paterikón:
Un santo obispo, al salir por las puertas del Altar para impartir la Eucaristía, vio cómo se acercaban algunos (fieles) con los rostros completamente oscurecidos. Estos, al recibir la Santa Comunión, no lograban ingerirla, porque esta parecía quemarse y desaparecer en ese mismo instante. Otros, por el contrario, acercándose con el rostro lleno de luz y vestidos con atuendos blancos, recibían la Comunión llenos de piedad. A estos la Eucaristía los llenaba aún más de luz.
Al terminar, el obispo le pidió al Señor que le explicara lo que acababa de ver. Entonces, un ángel de Dios se le apareció y le dijo:
—Los que comulgan con el rostro luminoso y vestidos de blanco son los puros, los piadosos y los justos. Son los que se acercan con la conciencia en paz, por eso es que la Gracia desciende sobre ellos. Los otros, los que tienen el rostro sombrío, esos son aquellos que viven en el fango de los pecados. Son los injustos, los incrédulos. Estos no sólo no tendrán parte de la piedad divina, sino que además serán castigados, porque tienen la osadía de acercarse a la Santa Comunión teniendo la conciencia cargada y sin arrepentirse.
Desde ese día, el obispo se dedicó a explicarles a los fieles la importancia de la contrición y no permitió que comulgaran los que fueran indignos de acercarse al Santo Cáliz.
(Traducido de: Minuni și descoperiri din timpul Sfintei Liturghii, Ed. Egumenița, p. 98)