¿Cuáles son las características del impaciente?
El impaciente se agita como una hoja en el viento. No soporta las ofensas y se empequeñece ante la aflicción.
Infeliz y digno de compasión es el impaciente. A él se refiere la Escritura cuando dice: “¡Ay de vosotros los que habéis perdido la paciencia! ¿Qué haréis cuando el Señor venga a visitaros?” (Sirácides 2, 14). El impaciente se agita como una hoja en el viento. No soporta las ofensas y se empequeñece ante la aflicción. Además, se enfada con facilidad y no duda en reñir con otros. Cuando tendría que ser paciente, se lamenta, y también se opone a la obediencia. Es, asimismo, lerdo para orar, débil cuando se trata de velar, apesadumbrado al ayunar y lento para refrenarse. Vacila al responder y trabaja mal. Eso sí, nadie le gana en el ardid. Es rápido para contestar con insolencia y su sosiego interior es endeble. Por eso, mira como adversarios a los más experimentados y en su interior alimenta la envidia en su contra.
(Traducido de: Sfântul Efrem Sirul, Cuvinte şi învăţături vol. 1, Editura Bunavestire, Bacău, 1997, p. 76)