¿Cuáles son los deberes de la esposa para con su marido?
Mantener la devoción cristiana en el hogar, pidiéndole cada noche a Dios...
- Amar a su esposo con el normal deber conyugal y también con la espiritual responsabilidad cristiana, porque su unión viene del amor para toda la vida, y juntos serán juzgados por Cristo.
- Pedirle permanentemente a Dios que su esposo obtenga sabiduría, el auxilio necesario, fortaleza en la fe, paz y salud.
- Pedir, en la iglesia, por su esposo, por sus hijos, sus amigos, sus familiares y por la paz de quienes no les amen.
- Obedecer a su esposo en todo lo que no se oponga a los mandamientos de Dios.
- No rechazar el ayuntamiento conyugal con su esposo, en los días que está permitido y no obligarlo a abstenerse de ello, buscando evitar la concepción.
- No aceptar la inmoralidad e iniquidad en su esposo, prohibidas a todo cristiano.
- No asistir juntos a la proyección de películas y demás distracciones mundanas, como bodas, fiestas, bailes y convites pecaminosos en la noche anterior al Domingo y festivididades religiosas, así como en los días de ayuno, si desean que Dios los ayude en la vida.
- Exhortar regularmente a su esposo a orar, a ayunar, a ayudar a los demás, a la mesura y a asistir a los santos oficios, especialmente en días festivos y los domingos.
- Exhortar a su esposo a confesarse al menos cuatro veces al año y a cumplir con el canon dictado por el confesor.
- Impedir que su esposo maldiga o insulte, conminarlo a no entrar en bares y sitios de distracción, instarlo a no emprender juicios contra nadie ni frecuentar personas pérfidas, así como a no practicar juegos de azar, porque son cosas que atraen la ira de Dios.
- Impedir que su esposo lea revistas y libros inadecuados, pornográficos, policíacos o sectarios, y no dejarlo que tan sólo los lleve a la casa. Al contrario, debe instarlo a leer libros ortodoxos y edificantes para el alma.
- No reprender nunca a su esposo, ni acusarlo de pecados carnales o espirituales, aunque haya quien murmure en contra suya. Lo que debe hacer es pedirle a Dios por él, siguiendo en todo el consejo de su confesor, porque su paciencia y oración salvarán el hogar y la paz familiar.
- Mantener la devoción cristiana en el hogar, pidiéndole cada noche a Dios; preparar los alimentos para toda la familia, comer con su esposo y orar con él, manteniendo la casa limpia, hablando poco, evitando toda discusión y visitando con regularidad a sus padrinos de bodas, padres y suegros.
(Traducido de: Arhim. Ioanichie Bălan, Călăuză ortodoxă în familie și societate, II, Editura Mănăstirea Sihăstria, p. 54-55)