¿Cuáles son los frutos de la paciencia en las tentaciones?
Cuando cesa la tormenta de las tentaciones, el hombre siente en su corazón la bondad del Señor, y en su alma refulge el más dulce gozo.
Cuando pasa el mal tiempo y la tormenta cesa, el sol brilla sobre nosotros con más fuerza y belleza. Del mismo modo, cuando cesa la tormenta de las tentaciones, el hombre siente en su corazón la bondad del Señor, y en su alma refulge el más dulce gozo. Entonces el alma se regocija y, como en las noches más serenas, se llena de paz y sosiego. En esa alma, “el Amor y la Verdad se encuentran, y la Justicia y la Paz se abrazan” (Salmos 84, 11). Es entonces cuando el alma gusta y siente que “bueno es el Señor” (Salmos 33, 8).
Por su paciencia ante las tentaciones, el corazón del hombre se hace digno de dicha dulzura. ¡Soporta con paciencia la tribulación, hermano cristiano, y después sentirás en tu alma el más dulce y grato regocijo!
Asimismo, cuando elevamos la mirada al cielo, hermano cristiano, nos acordamos de que nuestro Señor dijo: “Los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre” (Mateo 13, 43). Esa es la excelsa gloria que reviste a los elegidos del Señor, que relumbran como el sol.
¡Contemplemos esa gloria con los ojos del alma, y despreciemos la efímera honra y el honor de este mundo!
(Traducido de: Sfântul Ierarh Tihon din Zadonsk, Comoară duhovnicească din lume adunată, Editura Egumenița, Galați, 2008, p. 13)