Cualquier momento es apropiado para acudir a confesarnos
Todos podemos acudir a nuestro confesor cada vez que sentimos la necesidad de descargar nuestra alma del peso de los pecados.
La confesión no es algo que debamos practicar únicamente en determinados momentos o períodos a lo largo del año.
Todos podemos acudir a nuestro confesor cada vez que sentimos la necesidad de descargar nuestra alma del peso de los pecados, para recibir el consuelo de la Gracia y la esperanza del perdón.
Lo recomendable es confesarnos con la mayor frecuencia posible. Sin embargo —y en principio—, la confesión se halla vinculada a los cuatro grandes períodos de ayuno. Ciertamente, las disposiciones de la Iglesia nos instan a confesarnos al menos cuatro veces al año, en esos cuatro períodos de ayuno.
(Traducido de: Îndrumări duhovnicești pentru vremelnicie și veșnicie. O sinteză a gândirii Părintelui Cleopa în 1670 de capete, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2004, p. 313)