¿Qué es lo que ocurre cuando el sol se oculta? Aparece la oscuridad y envuelve todo lo que hay bajo el firmamento. En tales condiciones, el hombre ya no puede hacer nada, titubea como un ciego, se extravía, tropieza, cae y siente temor a todo esto.

Esto es lo mismo que ocurre con el alma de aquel a quien Cristo, el Sol de Justicia, aparta de Sí. Entonces el hombre ya no puede hacer nada que le agrade al Señor, porque Él mismo dice: “Sin Mí nada podéis hacer” (Juan 15, 5). Debido a que se halla sumido en la peor de las oscuridades espirituales, aquella alma se perderá trastrabillando como lo haría un ciego, tropezará y caerá en uno y otro pecado, hasta encontarse con el abismo eterno... si no se corrige por medio del arrepentimiento. Sin embargo, Cristo se aparta solamente de las almas que antes le han dejado a Él, de tal suerte que puede decirse que Cristo no abandona a nadie, sino que “ilumina a todo hombre que viene al mundo” (Juan 1, 9).

Esto nos enseña a aferrarnos a Cristo y a seguirle con fe y amor, para que no nos envuelva ese vacío y dicha oscuridad espiritual.

(Traducido de: Sfântul Tihon din Zadonsk, Dumnezeu în împrejurările vieţii de zi cu zi, Editura Sophia, Bucureşti, 2011, p. 130)