Palabras de espiritualidad

Cuando dudamos en ofrecerle nuestra ayuda al otro…

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

Dios siempre se apiada de nosotros. Entonces, ¿tiene que agradarnos la otra persona, para poder ofrecerle algo de ayuda?

Si el que me pide ayuda es mentiroso, o tiene malas intenciones, o es simplemente una persona ociosa, ¿es mi obligación darle algo?

—¿Acaso nosotros merecemos todos los dones que Dios nos concede por Su gran misericordia? ¿Realmente le agradamos a Dios? Y, con todo, Él se apiada de nosotros. ¿Tiene que agradarnos la persona, para poder ofrecerle algo de ayuda? ¿Qué dice el salmo? “Él no nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas”.

(Traducido de: Athanasie Rakovalis, Părintele Paisie mi-a spus..., Editura Evanghelismos, București, 2012, pag. 111)