Cuando el alma está por morir, el cuerpo deja de importar
La muerte del alma conlleva la muerte física. Si el hombre se halla en la ruina espiritual, su cuerpo deja de importar. Si la muerte espiritual llega a suceder, entonces el cuerpo ya no sirve para nada.
El orgullo no es la muerte espiritual, pero la muerte del alma conlleva la muerte física. Si el hombre se halla en la ruina espiritual, su cuerpo deja de importar. Vive sólo de los instintos. Porque el hombre está hecho de cuerpo y alma, pero el alma es el hombre mismo y no el cuerpo. Entonces, si sucede la muerte espiritual, se entiende que el cuerpo ya no sirve para nada, es decir, no es más que bueno para las llamas del infierno.
(Traducido de: Ne vorbește Părintele Arsenie, ediția a II-a, volumul al III-lea, Editura Mănăstirea Sihăstria, 2010, p. 135)
