Palabras de espiritualidad

Cuando el alma se deja aturdir por los pecados del cuerpo

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Adormecida y aturdida, el alma no conoce otro placer que aquel que viene por medio del cuerpo. Le agrada lo que desea el cuerpo, y lo que el cuerpo rechaza, también ella lo repudia.

En tanto peca con el cuerpo, el alma está como dormida, de tal forma que no se conoce ni a sí misma, ni a su Creador. El pecado la mantiene aturdida, como si le dira a beber un licor fuerte, y, ebria, yace en el cuerpo como en un lecho de enfermedad. Adormecida y aturdida, el alma no conoce otro placer que aquel que viene por medio del cuerpo. Le agrada lo que desea el cuerpo, y lo que el cuerpo rechaza, también ella lo repudia.

Un alma así no es conducida por la mente, sino por el cuerpo, y el cuerpo no es más que tierra ciega. Así, un ciego guía a otro ciego, hasta que ambos terminan precipitándose al abismo de la muerte.

(Traducido de: Sfântul Nicolae VelimiroviciEpiscopul Ohridei și JiceiCele IV așezăminte ale Sfântului Naum al Ohridei, traducere din limba sârbă Valentin-Petre Lică, Editura Predania, București, 2008, p. 13)