Cuando el sacerdote inciensa…
No es ante el sacerdote que te inclinas con humildad. Claro está, el sacerdote se deifica en ese momento.
Cuando el sacerdote inciensa la iglesia, viene el don de lo Alto, por medio del incienso, ante el cual debes postrarte con humildad.
Luego, uno no se postra ante el sacerdote…
—No, no es ante el sacerdote que te inclinas con humildad. Claro está, el sacerdote se deifica en ese momento. No importa si es un pecador, porque se deifica, porque viene con el don que emana del incienso. ¿Qué dice el sacerdote al incensar? “Te presentamos este incienso, oh Cristo, en olor de buena fragancia espiritual”. ¿Ves con qué oración se inciensa a los fieles? Todos tus malos pensamientos se disipan con ese incienso, con el humo santificado que te da el sacerdote. Porque, ¿qué dices tú, como sacerdote? “Te presentamos el incienso, a Ti, Cristo, Dios nuestro [...] y, recibiéndolo en Tu altar celestial, envíanos el el don de Tu Santísimo Espíritu”. Es a Dios a quien ofreces ese incienso.
(Traducido de: Stareţul Dionisie – Duhovnicul de la Sfântul Munte Athos, Editura Prodromos, 2009, pp. 150-151)