¡Qué don tan grande es vivir postrados a los pies del Señor! ¿Cómo es posible que el mundo ignore lo que ello significa? ¿Cómo es posible que desconozca la dulzura, la paz, la alegría y la fuerza que descienden sobre los que viven postrados a los pies del Señor? El mundo no conoce al Señor, por eso no conoce esta vida.

Cuando has encontrado en verdad al Señor, cuando has realizado la dulzura y la fuerza de una vida postrada a Sus pies, entonces nada ni nadie te pueden alejar de Él. Cuando has hallado esta vida, entonces dejas de hacer todo sólo por obligación, en lo referente a las cosas espirituales, porque tu vida entera se ha entregado a Dios y existe con Él. Sólo entonces tu vida avanza hacia Él.

(Traducido de: Preot Iosif Trifa, Mai lângă Domnul meu, Editura Oastea Domnului, Sibiu, 2003, p. 84)