Palabras de espiritualidad

Cuando pasamos a gozarnos de las alegrías del Cielo...

  • Foto: Bogdan Zamfirescu

    Foto: Bogdan Zamfirescu

Translation and adaptation:

‟Padre, quiero que los que Tú me diste estén conmigo donde Yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo”.

Antes de Su Pasión en la Cruz, Jesús le pidió al Padre por Sí Mismo, por Sus discípulos y por todos los que creen verdaderamente en Él, con estas palabras: ‟Padre, quiero que los que Tú me diste estén conmigo donde Yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo” (Juan 17, 24). Esta era la voluntad, el deseo, el testamento, para decirlo de alguna manera, la oración de nuestro Señor Jesucristo, una oración correspondiente con la voluntad del Padre Celestial, y una prueba irrefutable para toda la Iglesia de Cristo, sobre el hecho de que después de la muerte, después del paso al mundo que está más allá de la sepultura, sus miembros vivos estarán con el Señor en el Cielo, participando de Su gloria. Aquellos que son dignos del Reino de los Cielos, entran allí inmediatamente después de morir y pasan a estar al lado del Dios-Hombre, que mora en ese lugar con Su cuerpo glorificado.

(Traducido de: Părintele Mitrofan, Viața repausaților noștri și viața noastră după moarte, Editura Credința strămoșească, Petru Vodă – Neamț, 2010, pp. 411-412)