Cuando se ha perdido el estado de Gracia...
Dios alegrará al hombre con Su Gracia, luego de haberle dejado un tiempo en sus debilidades, para que pueda ver, en primer lugar, su nimiedad; y, en segundo lugar, para que no caiga en la desidia.
«Me escribes que el estado de Gracia en el que te hallabas desapareció y que nuevamente has empezado a orar sin atención. No te aturdas. Todo esto le ocurre a quienes anhelan vivir piadosamente. Dios alegrará al hombre con Su Gracia, luego de haberle dejado un tiempo en sus debilidades, para que pueda ver, en primer lugar, su nimiedad; y, en segundo lugar, para que no caiga en la desidia, sino que se esfuerce con brío, buscando y pidiendo la Gracia. Me escribes también que has empezado a interrumpir tus oraciones de la noche, para no quedarte dormido y no perderte los Maitines. Sí, el mismo Señor dijo: “Esto es lo que había que practicar, aunque sin descuidar aquello” (Mateo 23, 23). Creo que darte un poco de descanso será algo más sencillo para ti. Mejor aférrate a la auto-amonestación».
(Traducido de: Sfântul Iosif de la Optina, Filocalia de la Optina, Editura Egumeniţa, Galaţi, 2009, p. 28)