Cuando sufro, siento más fuerte la presencia de Dios
La proximidad de Dios puede sentirse solamente en el sufrimiento, porque Cristo, la Verdad Misma, también sufrió en este mundo.
La verdadera alegría en el Señor no es inestable ni dubitativa, sino que, al contrario, mientras más oscuro está todo alrededor, más fuertemente brillan las estrellas… Cuando el hombre lleva una correcta vida espiritual, al llegar las aflicciones (el Señor siempre está cerca de los afligidos), se alegra aún más con el corazón, en su interior, silenciosamente, en lo profundo de su espíritu, por esta comunión que tiene con Dios.
La proximidad de Dios puede sentirse solamente en el sufrimiento, porque Cristo, la Verdad Misma, también sufrió en este mundo.
(Traducido de: Cum să biruim iubirea de arginți, Editura Sophia, București, 2013, p. 27)