El temor de Dios es un manantial de vida. El temor de Dios es un bastión para el alma. El temor de Dios enmienda la obcecación de la mente. El temor de Dios es custodio del alma. El temor de Dios concede la Gracia en toda circunstancia a quien lo practique. El temor de Dios es el timonel del alma. El temor de Dios ilumina el alma. El temor de Dios disipa cualquier maldad. El temor de Dios vence las pasiones. El temor de Dios aviva el amor. El temor de Dios seca todo apetito pernicioso. El temor de Dios aleja el gusto por los placeres. El temor de Dios es el mentor del alma, anunciándole la esperanza. El temor de Dios nos da la paz. El temor de Dios llena el alma con el Espíritu Santo, entregándole el cetro del Reino de los Cielos.

(Traducido de: Sfântul Efrem Sirul, Cuvinte și învățături vol. 1, Editura Bunavestire, Bacău, 1997, p. 165)