Aquel que no honra el domingo, que es el día del Señor, es igual a un pordiosero que, al caminar, se encuentra con un hombre muy compasivo que lleva siete monedas en su bolsillo. Este hombre, al ver al mendigo, le da seis monedas y se queda con una. ¿Qué sucede a continuación? Que el pordiosero se enfada e, insolentemente, se abalanza sobre el hombre y le arrebata esa última moneda. Del mismo modo, Dios le da al hombre seis días para sus ocupaciones, pero el hombre, en su insolencia, le quita ese último día, el séptimo, que es el domingo, el día del Señor.

(Traducido de: Preotul Iosif Trifa, Citiri și tâlcuiri din Biblie, Editura Oastea Domnului, Sibiu, 2010, p. 23)