¿Cuántos pecados tienen su origen en la codicia?
La codicia te hace perder los bienes celestiales, cambiándolos por cosas perecederas y vanas, además de someter tu corazón, cual tirano, con el insaciable deseo de tener más.
En este aspecto, pecas de tres maneras. Primero, si tienes las posibilidades de hacerlo y, aun así, no ayudas en su necesidad al más pobre.
En segundo lugar: si por esmerarte en obtener alguna ganancia y por amor al dinero terminas infringiendo la ley divina, y no subsanas tu falta, es decir, si desprecias los oficios litúrgicos y trabajas en los días festivos de la Iglesia, para acrecentar tu hacienda, etc.
En tercer lugar: si con esto induces a otros a pecar o provocas algún perjuicio a tus semejantes, sea físico o espiritual. La codicia te hace perder los bienes celestiales, cambiándolos por cosas perecederas y vanas, además de someter tu corazón, cual tirano, con el insaciable deseo de tener más.
Tal es el señuelo que, envuelto en oro, nos lanza el demonio. Con ese señuelo engaña a los codiciosos y los convierte en unos miserables esclavos de la riqueza, atándolos con fuerza, como una gruesa cadena de hierro.
(Traducido de: Monahul Agapie Criteanu, Mântuirea păcătoșilor, Editura Egumenița, 2009, pp. 69-70)