Cuatro son las formas generales del alejamiento de la Gracia. Una, por oikonomía, como lo hace el Señor, para hacer que los hombres obtengan la salvción con ese aparente abandono. Otra forma es para evidenciar, como en los casos de Job y José, para mostrarnos un bastión de la valentía y otro de la pureza, respectivamente. El tercero es como una guía espiritual, y el Apóstol es un ejemplo de esto al humillar su pensamiento para conservar la abundancia de la Gracia. Finalmente, la cuarta forma es el abandono, como en el caso de los judíos, cuyo castigo tenía como propósito llevarlos a la contrición. Todas estas formas son redentoras y llenas de la bondad y del amor a los hombres de Dios.

(Traducido de: Sfântul Maxim Mărturisitorul, Filocalia,  vol. II, Editura Apologeticum, 2005, p. 157)